La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurológica que se asocia a rigidez muscular (que afecta a la amplitud de los movimientos), dificultades para andar, temblor, alteración en la coordinación de movimientos y alteración de la postura y del equilibrio: el cuerpo tiende a inclinarse hacia delante, con flexión de rodillas, caderas y brazos. La combinación de estos síntomas va a afectar tanto al movimiento automático, como por ejemplo al braceo al caminar, como al voluntario.
En conclusión, desde terapia ocupacional pretendemos rehabilitar capacidades perdidas (en la medida que se puedan), mejorar y/o mantener las actividades de la vida diaria que resultan difícil de realizar debido a la propia patología y adaptar el entorno a la persona para que esta pueda ser autónoma e independiente, aumentando así su calidad de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario